lunes, 2 de junio de 2014

Primera clave: La anticipación.


     Durante estos tres meses que llevamos de trabajo enfrentando día a día el TGD, una de las cuestiones clave que ha conseguido un cambio de actitud en Hugo ha sido anticiparle al máximo todo aquello que vamos a hacer. Esta es una recomendación que nos hizo Carmen, nuestra psiquiatra de Salud Mental Infantil. Para ello contamos con El Calendario.
     Gracias a mi querida compañera Rosa que tiene unas manos de oro y una sensibilidad especial para estas cosas, tenemos un calendario que cautivó a Hugo desde el minuto 0. Lo tenemos en la nevera de modo que pueda interactuar con él. Veréis:


     Como podéis observar nuestro calendario esta dividido en los 7 días de la semana, y cada uno de ellos (excepto el sábado y domingo) están divididos en mañana y tarde. Así conseguimos de una manera muy sencilla pero muy efectiva mediante la utilización de pictogramas que Hugo sepa lo que va a pasar cada día en su vida. Claro está que hay cosas que no podemos adelantarle, pero las que si podemos (ir al cole y las actividades extra escolares que tiene) aparecen estructuradas en el calendario y Hugo es capaz de relacionar el día en el que está con la actividad que tiene que hacer y con los días que faltan para hacer cualquiera de sus otras actividades. También se nos ocurrió relacionar los días de la semana con distintos colores, aprovechando que en el cole habían aprendido una canción que a cada día de la semana le asignaban un color (lunes rojo, martes amarillo, miércoles rosa, jueves verde, viernes azul) con lo que le facilitiaría identificar el día aunque no sepa leer.
     Para subsanar el problema de aquellas cosas que surgen el mismo día o de un momento para otro (ir al parque, a la compra, de excursión...etc), se nos ocurrió utilizar imanes (a los que previamente pegamos el pictograma correspondiente) y así poder situarlos donde nos hiciesen falta.

     
   Una solución perfecta, fácil y sumamente intuitiva para Hugo. Al principio nos costó un poco (a los mayores) empezar a trabajar con él, básicamente porque se nos olvidaba; pero tras una primera semana de toma de contacto y después de varias veces de que Hugo nos recordase su existencia (él lo consulta varias veces en el día), ya podemos decir que es una parte más de nuestro día a día.
     De cara al verano, hemos hecho el mismo calendario, pero le hemos quitado las actividades que durante el curso teníamos fijas; así que ahora tenemos un calendario en blanco y un montón de imanes con pictogramas para ordenar las actividades del verano. Aunque las vacaciones nos duren dos meses (bueno a Hugo jejejeje) vamos a seguir trabajando con el calendario que tan buen resultado nos está dando.
     
     Para que os hagáis una idea de cómo el anticiparle las cosas a Hugo ha supuesto un cambio en su actitud, os contaré que los viernes por la tarde tenemos cursillo de natación, y vamos a una piscina (Pumarín Gijon-Sur) por la que pasamos prácticamente todos los días (está al lado de casa). Pues bien, cada vez que pasábamos por delante decía que quería ir la pisci y se ponía a llorar. Por más que yo le intentaba explicar que ese día en concreto no teníamos piscina se disgustaba y empezaba a llorar. Desde que el calendario "mágico" apareció en nuestras vidas ya ni llora ni protesta por no tener piscina ese día. Se limita a decirme "Mira mamá, la pisci. El viernes venimos". Y se queda tan contento. 
     Una pena no haberlo tenido antes. ¡La de berrinches que se hubiera ahorrado jejejeje!
     Besos.
   

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