viernes, 9 de mayo de 2014

Presentándonos: TGD, Hugo y yo.

Empezamos!!!!!!!!!

     
     Para los que no sepáis que es el TGD os lo introduciré brevemente: se trata de TRASTORNO GLOBALIZADO DEL DESARROLLO, que consisten en una serie de "peculiaridades" de la personalidad que afectan sobre todo al ámbito social de la persona que lo padece. En mi caso, es mi hijo Hugo de casi 4 años, quien lo padece.
     Recuerdo perfectamente el día que lo escuché por primera vez.... hará ya tres meses. Me asusté mucho, pensé: ¿Y ahora yo que hago? Y sobre todo ¿que le supondrá a Hugo tener TGD? Después del impacto inicial, que reconozco no me duró mucho (soy optimista por naturaleza), pensé en poner en práctica todas las recomendaciones que nos dieron en Salud Mental Infantil, ya que el pronóstico de Hugo era muy bueno. Y no se equivocaban. 
     Las personas con TGD tiene una serie de peculiaridades que para el resto de los mortales pueden parecer "rarezas". Esta característica unida a que Hugo tenía 3 años y medio cuando fue diagnosticado hace que no fuese algo tan evidente para el resto del mundo; en el fondo, nadie sabe si su hijo con tres años se comporta de forma "habitual". 
     Pero el caso de Hugo era distinto. Ya desde que prácticamente comenzó a andar, tuvo fijaciones con las puertas. Sí, sí, con las puertas. Abrirlas y cerrarlas. Constantemente. Siempre nos pareció simpática la manía, venga a abrirlas y cerrarlas. Y nosotros, su padre y yo, venga a reñirle y castigarle para quitarle la manía. En realidad nunca pensamos que fuese el reflejo de un trastorno del peque, simplemente creíamos que era una manía, persistente sí, pero sin importancia. 
     Y esto unido a que no es un niño de "fácil concentración", pues teníamos un problema. Claro, hasta que no llegamos al cole lo de la concentración nos había pasado un poco desapercibida. Hasta entonces había ido año y medio a la guardería y nunca nos habían dicho nada. La primera en darse cuenta que algo no iba como debería de ir fue su profe. En una de las primeras tutorías que tuvimos con ella nos comentó que esa falta de concentración era llamativa, que Hugo estaba constantemente levantándose de su sitio, más de lo que es habitual en un niño de su edad. Podríamos haberlo dejado ahí: ¿que haríamos? ¿Ir a sentarlo al cole? ¿Dejamos de trabajar para ir a sentarlo? (y pegarle con Loctite a la silla pues tampoco era opción jeje). Pero lo que sobre todo hizo que saltaran mis alarmas fue cuando la profe nos dijo que había algo que le había llamado mucho la atención: casi siempre jugaba sólo; aunque hubiera niños jugando alrededor, Hugo jugaba sólo. 
     Ufffffffff  ¿jugando sólo? Eso no tenía buena pinta. Hicimos un gran ejercicio de memoria: comenzamos a repasar mentalmente los tres años y medio de Hugo, buscando el origen o el motivo de que jugase sólo. O mejor dicho, el motivo de que tuviese tendencia no jugar siempre acompañado. Y no lo encontramos.
     Siempre fue un niño muy independiente, no le hacía falta nadie para entretenerse jugando, cosa que nunca se nos ocurrió cambiar ya que hasta ese momento nos parecía lo mejor. ¡¡¡¡Qué gran equivocación!!!!! Los niños necesitan jugar solos y acompañados, si siempre juegan solos se vuelven inflexibles en el juego, se acostumbran a que sólo sean sus normas las que valgan y no pueden respetar las de los demás....
     Total, que le volvimos a pedir una cita a la profe para que la orientadora del cole (que por culpa de los recortes es la orientadora de otros tres o cuatro coles más) le echase un vistazo. También le pedimos cita a la pediatra para que nos lo derivara a donde fuese necesario. Nos derivó al servicio de Salud Mental Infantil. Llevamos desde el mes de Diciembre con Carmen, una de las psiquiatras del Servicio y un encanto de persona. Una suerte que sea ella quien nos oriente y nos ayude. También desde el cole nos han proporcionado los recursos que tenían disponibles: profe de apoyo, profe de logopedia y profe de pedagogía terapéutica. Vamos todo un ejercito de personas (junto con nuestra familia claro) pendientes de Hugo y su desarrollo. No me puedo resistir a decirlo, Hugo YA ES otro niño.
     En próximas entradas os iré contando los avances de Hugo, que son muchos, y entraré con mas detalle en cada una de las cosas a las que nos hemos tenido que adaptar para combatir al TGD de Hugo desde todos los frentes.


     
     Como conclusión os diré que  el TGD nunca nos ganará la batalla!!!!!
     Besos.

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